Desde que trabajamos en extensión nuestro mayor desafío fue
reflexionar acerca de cómo es posible “co-construir conocimiento”. Se
reconfigura los conocimientos y acciones a la luz de las problemáticas propias
que poseen las organizaciones sociales y políticas, consideramos que el
conocimiento no es una construcción unidireccional sino que es parte de la
relación Universidad-Sociedad. La sinergia entre lo académico y lo social, tiene
el sentido de retroalimentarse constantemente partiendo del supuesto de que la
universidad no se encuentra por fuera de lo social, sino que es parte de una
sociedad y representa ciertos intereses que están más allá del academicismo
imperante. Con ello no queremos decir que el academicismo es negativo, por el
contrario, entendemos que éste debe fomentar una ecología de saberes que
traspasa los muros del mismo. Y coincidiendo que: “la lógica de la monocultura
del saber y del rigor científico, tiene que ser cuestionada por la identificación de
otros saberes y de otros criterios de rigor que operan creíblemente en las
prácticas sociales. Esa credibilidad debe ser considerada suficiente para que el
saber en cuestión tenga legitimidad a la hora de participar en debates
epistemológicos con otros saberes, sobre todo, con el saber científico” (Sousa
Santos, 2009: 113-114).
Fil: Giraudo, Carina. Universidad de Buenos Aires; Argentina
Fil: Vergerio, Gonzalo. Universidad de Buenos Aires; Argentina