Ya en los años noventa la globalización de los
mercados y la flexibilización laboral propias del
modelo neoliberal evidenciaban problemas de
integración social, pobreza y exclusión de alcance
masivo y estructural. Aparecieron entonces conceptos
como el de “nueva cuestión social”, “nuevos
pobres” o “deuda eterna” (impagable). Cundió
el fatalismo y la sensación de que no había alternativa.
El Banco Mundial acuñó el concepto de
“crecimiento sin empleo” y el de “nuevas políticas
sociales focalizadas costo-eficientes”. La economía
se desencastraba de la política, como se ponía en
evidencia en la “autonomía” de los bancos centrales
y la consecuente pérdida de soberanía. Las nuevas
políticas sociales dirigidas a compensar la catástrofe
social resultante proveían lo mínimo (¡comida!) a
los millones de indigentes. Esa mínima asistencia
no garantizaría la gobernabilidad que necesitaba
el modelo neoliberal para perpetuarse. Los levantamientos
populares en varios países, que llegaron
incluso a provocar la caída de gobiernos, fueron una
prueba contundente de ello.
Fil: Coraggio, José Luis. Universidad Nacional General Sarmiento, Instituto del Conurbano; Argentina