En los últimos meses, el tenor de la discusión en torno a las políticas de extensión
universitaria, lejos de mejorar, se ha empobrecido. Luego de la asunción del nuevo
Pro Rector de Extensión y su equipo, en febrero de 2015, una sucesión de hechos
puntuales, prácticas de gestión y explicitaciones sobre los nuevos lineamientos
programáticos para el desarrollo de la función en los próximos años, no han hecho
más que acentuar el carácter superficial, prejuicioso y descalificador que ha tenido
el debate sobre la temática desde la campaña por la elección de Rector en 2014.
Fil: Asociación de Docentes de la Universidad de la República