La universidad integra, como un componente fundamental, la sociedad del
conocimiento. Forma profesionales creativos, capacita a graduados en la misma
universidad y en sus lugares de trabajo, produce bienes y proporciona servicios,
desarrolla trabajos de consultoría para sectores públicos y privados, y produce
sistemáticamente conocimiento a través de la investigación, lo cual la distingue de las
otras instituciones de educación superior, una actividad que desarrolla no sólo en el
campo de las ciencias básicas sino también en las ciencias aplicadas, en desarrollo y
tecnología, en artes y humanidades. Todo esto en un contexto en el que el factor
humano es el más importante de los medios de producción y en el que es necesario
crear y recrear constantemente redes de innovación en las que todos deben ganar en
mayor conocimiento y velocidad de actualización tanto en los programas de formación
inicial y continua cuanto en los de investigación. Aunque no se puede afirmar la
existencia de una relación causal entre educación y trabajo, el desarrollo de una
economía basada en el conocimiento hace probable que el trabajo crezca también en
la medida en que la educación haya formado no solamente a productores sino también
a un público consumidor de bienes y servicios con alto valor componente de
conocimiento. La universidad constituye, en consecuencia, un factor estratégico para
promover el crecimiento económico, social y cultural y, por consiguiente, el bienestar
de la población.
Fil: R. W. de Camilloni, Alicia. Universidad de Buenos Aires; Argentina