En el ámbito académico social, está claro que el concepto de “extensión” no abarca la
dimensión de las actividades que se realizan. Tal como afirma Leticia Fernández Berdaguer
“(…) el término mismo de extensión es equívoco, recibiendo en cada universidad, en cada
facultad, e incluso para cada equipo de gestión un significado variable” (1). En este sentido se
comenzó a problematizar el concepto partiendo del punto del vínculo que se forma entre la
universidad y la sociedad, ya no lineal, sino recíproco, es decir, de inter-aprendizaje. “Se
concibe al sujeto como un receptor activo y un productor de mensajes, no como un mero
decodificador; se parte de una redefinición de la cultura, en relación con su naturaleza
comunicativa, en tanto proceso productor de significaciones que deja atrás el concepto de
circulación de información entre sujetos pasivos, vacíos de saberes, intencionalidades,
deseos”(2).
Fil: Martín, María Belén. Universidad Nacional de La Plata; Argentina